julio 08, 2007

Ficción (Cesc Gay, 2006)


Cuenta Kafka en algún lugar que, cierto día, halló desconsolada a su pequeña sobrina porque había perdido su muñeca. La niña lloraba tanto que él optó por explicarle que la muñeca no se había perdido, sino que simplemente se había ido de viaje porque necesitaba ver un poco de mundo, pero que la prueba de que no la olvidaba era que recibiría cada día una carta suya desde el lugar en el que se encontrara. El escritor envió cartas diarias a la niña durante más de un mes, hasta que la niña olvidó su dolor. Kafka concluye que la enseñanza es que no podemos vivir sin ficción, que pereceríamos de pura pena si no creyéramos en una historia que no nos pertenece.

La película de Cesc Gay renuncia a cualquier otro argumento que no sea ése y, titulándose como se titula y afrontando lo que afronta, nos desgarra y nos consuela con la idea absoluta de que nuestra realidad más íntima es nuestra ficción. A decir del director, su película trata de la contención, de lo que no se puede o no se debe expresar, y tiene un final abierto. Ni lo uno ni lo otro es cierto. Los cuerpos y las pocas palabras (bendito bergmaniano en estado de gracia este Gay) se desbordan por las pupilas dilatadas. Y el final es esperanzado. Es que si no nos moriríamos de pura pena. Véanla.